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ENFOQUE GEOHISTÓRICO

  • Prof. Rene Meza
  • 15 jun 2015
  • 7 Min. de lectura

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El enfoque geohistórico es un planteamiento generado por la necesidad de explicar fenómenos que en cierto modo, no se pueden dar a entender solo con la geografía como ciencia, sino que tiende a necesitar de los sucesos históricos, que se ven constantemente afectados por la cultura de la época. Es por esto, que la dinámica social exige una disciplina que involucren tanto a la geografía como a la historia para comprender como el hombre ha dinamizado su entorno. Así, de este modo, sería una interdisciplinariedad, porque va más allá de las disciplinas convencionales. Dichas características muestran una realidad relacionada al espacio geográfico, que a su vez sería modificado por el hombre a través del tiempo; dando lugar a las implicaciones históricas, las cuales son cambiantes y transforman la cultura de una sociedad. En este sentido, Tovar (1986) menciona lo siguiente, “se admite que la realidad es dinámica; pero quien le imprime nuevas direcciones es el hombre en sociedad” (p. 17).

Las implicaciones que se manifiestan dentro del enfoque geohistórico, no son más que el resultado de la carencia de fuerza en el criterio de la geografía física y la geografía humana en la actualidad, las cuales se encargaban solo de explicar las relaciones del hombre con su medio, obviando las herramientas metodológicas necesarias para explicar los fenómenos que la globalización y la transnacionalización han dado al planeta y a los humanos en sociedad. Asimismo, lo antes descrito se encuentra inmersos en una serie de elementos impuestos por un proceso mundial capaz de ajustar a las características de cada cultura, a sus intereses particulares, dando una sensación de libertad que no es otra cosa sino la escogencia de muchos en manos de pocos, y a su vez, se ven impulsados por los intereses capitalistas mundiales que solo se ha mostrado como un modelo explotador con implicaciones conductistas y poco ambientalistas.

Tras dicha realidad, se parte de una nueva visión geohistórica para buscar soluciones a dichas problemáticas que se manifiestan en la actualidad, al respecto Tovar (1986) señala que “estamos emplazados a organizar la vida de la sociedad sobre la naturaleza de modo que las relaciones Hombre-Medio cese el pasado fardo de los factores de destrucción” (p. 25). Por lo tanto el enfoque geohistórico es un planteamiento teórico metodológico el cual parte del estudio del espacio geográfico, y que el mismo es entendido como un resultado social. Dicho estudio va direccionado a presentar múltiples métodos de análisis y recolección de datos, para entender su medio, al respecto Tovar (1986) afirma que “el geógrafo no puede adscribirse a un método único; seria aceptar que existe un desarrollo general y similar en toda la superficie terrestre, lo que entraría en contradicción con la ley de desarrollo desigual” (p. 27). Esto se explica en nuestra realidad y entorno social, mostrando lo niveles de desigualdad dentro de los pueblos, ciudades, estados y países del mundo, donde dicha desigualdad se ve orientada por un modelo capitalista que organiza el territorio según sus necesidades.

Se debe entender que dichos fenómenos y problemáticas son generadas por el mismo hombre, el cual a través de la geohistórica busca una respuesta a sus muchos intentos de solo reproducir capital y no de conservar su espacio, Asimismo Tovar (1986) expresa que “una comunidad es un reservorio donde duermen las energías en las cuales la naturaleza a puesto sus gérmenes pero cuyo empleo depende del Hombre. Es el quien, al plegarla a sus necesidades, imprime la luz de su individualidad.” (p. 32). Se cae así en una serie de características particulares y generales de una sociedad, que busca cubrir sus necesidades, y es aquí donde la geohistórica es una ciencia de síntesis y de relaciones que debe dar solución y respuestas a la situación del presente.

Se trata de asumir posturas determinadas de los hechos que ocurren en el planeta y como dichos sucesos pueden ser orientados a un espíritu de conservación, sin generar un desequilibrio social, en donde la geografía adopta un punto de vista ecológico y de conservación, y así la geografía con la ecología convergen, sobre todo cuando los planteamientos de ambas ciencias tienen una finalidad práctica.

La concepción de las características del mundo parten de graves desequilibrios que afectan la superficie del planeta, al respecto Tovar (1986) señala que “los problemas como sus soluciones no podrán plantearse dentro de los términos estrechos de los intereses de una potencia o de una determinada clase social” (p. 163). Ahora bien, siendo esta la realidad, la pregunta sería ¿Cómo afrontar los fenómenos existentes con políticas que vallan direccionadas a la conservación del planeta? Se muestra como un camino que tiene claro un propósito pero sin mucha intencionalidad por parte de los agentes que intervienen, es la constante contradicción de desarrollo y sub desarrollo, donde el desarrollo parte como la premisa que orienta el comportamiento mundial, globalizando sus intereses y dictaminando el comportamiento de la periferia.

Dentro de dicho fenómeno ocurre la teoría de la urbanización, que no es mas que una entidad cargada de problemas y necesidades, que buscaban en cierta medida una organización que les permitiera tener accesibilidad a los servicios y mayor comodidad para sus habitantes, en este sentido Bardet (1959) citado por Tovar, confirma que “lejos de organizarse a sí misma en nuevas unidades personalizadas, se encontraron en aglomeraciones monstruosas al servicios de la gran industria, es el fenómeno conocido como urbanización” (p. 39). Cabe señalar que esto se ha manifestado en la aglomeración considerables de personas en poco territorio creando nuevas situaciones en los géneros y modos de vida, dando más problemas que soluciones, en donde no hay oportunidad para individualidades, sino que se rigen a las necesidades de los intereses capitalistas, y no al contrario como se le hace pensar a la sociedad, que cree que son ellos lo que dinamizan las potencialidades el espacio, en consecuencia Tovar (1986) confirma que “se impone la acción de políticas, no parciales sino globales, concebidas desde una totalidad y para una totalidad” (p. 39).

La vertiente de dichos fenómenos ocurrido en el país se ven direccionadas por los intereses globalizadores, donde las necesidades de las grandes potencias reinan y dictaminan la geodinámica social. Tovar (1986) “ha concentrado grandes masas en muy reducido territorio, creando el desbalance de la relación campo-ciudad, ciudad-campo” (p. 38), dicha dinámica implica grandes sacrificios en la calidad de vida de sus habitantes, donde los servicios públicos se ven colapsados y la demanda de empleo crece considerablemente, siendo este otro factor que entra en juego en la globalización, ya que la tecnología mecanizo la industria y ya no se necesita tanta mano de obra, trayendo como consecuencia que los empleos no cubran la demanda y mucho menos les presente buenos salarios, nadie escapa de esta dinámica mundial, que solo genera caos en las aglomeraciones, y que dichos problemas afectan de forma directa el equilibrio natural del planeta, ya que la gran industria (netamente capitalista) no busca la conservación del ambiente sino la reproducción de capital.

La propuesta es ecologizar la urbanización, y distribuir las potencialidades para evitar las grandes aglomeraciones en pocos espacios, dentro de una propuesta geohistórica, asumiendo los errores del pasado, y como ellos afectan el presente, como menciona Tovar (1986) “Hoy el drama de la sociedad y de la ciencia. Reorientar sus ritmos, en una palabra humanizarla, es la preocupación central de los urbanistas, planificadores, políticos, expertos en diseños, empresarios, y de todos los estamentos dirigentes de la sociedad.” (p. 47).

En esta dirección, el enfoque geohistórico busca determinar las características esenciales de la sociedad actual, en donde todos los acontecimientos no son más que una síntesis del desarrollo humano, y como orienta su conducta con patrones de autodestrucción, una pregunta sería ¿por qué el ser humano tiene esa tendencia autodestructiva? Las propuestas validas estarían dictaminadas y orientadas por la necesidad de capital, pero con más fuerza entra la hipótesis que es su esperanza de vida, la realidad mundial es que la esperanza de vida no es constante en todo el mundo, pero si tiene como una media general, según la OMS para el 15 de mayo del 2014, la esperanza de vida de las mujeres se ubica en 73 años y para los varones es de 68 años, danto así datos importantes en el entendimiento autodestructivo del ser humano, los fenómenos naturales y sociales tardan décadas y hasta siglos para asentarse, ya que el proceso capitalista tiene una fuerte arremetida después de la Revolución Industrial a mitad del siglo XVIII, en pocas palabras más de dos siglos han pasado, y siendo la esperanza de vida del ser humano casi medio siglo apenas, se podría presumir dicha situación como una de las causas.

El enfoque geohistórico es una visión que ya tenía fundamentación teórica en Bolívar, según Tovar (1986) “el espacio geográfico para Bolívar tiene un carácter socio-político; pueblo, nivel cultural, magnitud del territorio, posición del mismo, forma de gobierno, historia y personalidad cultural constituyen una integridad” (p. 119). Es una visión social y como se plantea un equilibrio y coherencia espacial, donde la geohistória toma fuerza pedagógica, tomando en cuenta metodologías aplicadas en el ramo educativo, direccionadas en el campo de las ciencias sociales como ciencia capaz de mostrar realidades concretas y dinamizantes en tiempo y espacio.

La enseñanza de las ciencias sociales tiene múltiples retos en la actualidad, con premisas indispensables en la aplicación de otras ciencias, ya que no solo abarca el espacio como un ente estático, sino que también determina el dinamismo espacial y el comportamiento humano en dicho entorno, según sus características individuales, regionales y mundiales. El campo de las ciencias sociales es tan amplio que Tovar (1986) agrega que “la sustitución de algunos sectores, del cerebro por la máquina, deja abierto un inmenso y productivo ángulo a la praxis de la cibernética” (p. 175). Asimismo, muestra, que las ciencias sociales en sus distintas áreas forman una ciencia madre capaz de mostrar vínculos, relaciones y contradicciones que direccionara la praxis y su aplicación.

Lo antes mencionado, expresa la praxis docente, como punto de partida para determinas la aplicabilidad del enfoque geohistórico como herramienta que promueva estudios de investigación interdisciplinarias en las ciencias sociales, ya que lo geohistórico se presenta como una alternativa transdisciplinaria, que va más allá de lo convencional, donde convergen las vertientes geográfica, histórica, sociológica, antropológica y económica, para la explicación de la organización espacial en atención a las condiciones históricas determinadas. Como parte de una concepción filosófica de mayor alcance de donde inicia su entender y comprensión de la acción social-organizativa del hombre en determinado territorio, con la finalidad de estructurar y construir su medio, de esta manera Tovar (1986) hace referencia que “si lo natural está en contraste con lo social, concebido, artificial o creado, en la realidad actual no se dan ni se conciben separados, sino estrechamente vinculados en una inevitable interacción.” (p. 176). Por otro lado es de gran importancia asumir los retos actuales y mostrar el enfoque geohistórico como una herramienta en la praxis docente, para dar forma y sentido a los acontecimientos sociales de la actualidad.

REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA

Tovar, R. (1986). El Enfoque Geohistorico. Caracas: Venezuela


 
 
 

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